Después de ver Le fabuleux destin d'Amélie Poulain (Amelie) por segunda, tercera, cuarta o tal vez quinta vez (que sé yo), y de por fin verla en compañía de un corazón rojo me di cuenta que no es la gran cosa, y en esta ocasión no estoy hablando de mi antes y después en gusto por el cine, por qué aun la música me parece hermosa, infinitamente repetitiva pero hermosa, la fotografía fue y sigue siendo excelente, las actuaciones de no ser las mejores pasan a ser algo distintivo de la película, sin duda sigue capturando mis sentidos y me sigue enamorándome...¿Pero?
Lo que me hace ver es que la vida es patéticamente hermosa, sé que nadie pondría estas dos palabras en el mismo enunciado, pero yo así lo veo, nada es más hermoso que la vida y sin embargo hay cosas que nos suceden que la vuelven tan patética y tan dirigible. Que al fin de cuentas todo es y sera lo mismo, arreglos maravillosos, música espectacular, magnifica fotografía, pero al final todo es lo mismo (justo como en una película nominada a los Bad Wolfs,) y no es que me parezca malo, es necesario, ¡claro que lo es!. Importa poco la poca originalidad de los últimos años en cuanto a historias se trata o los best seller que se convertirán en película el próximo año.
Aunque bueno, podría culpar a su mirada, a su pelo hermosamente despeinado, o su cuerpo desnudo; a nuestro silencio tan incomodo pero tan fantástico, tan nuestro, por qué sin los silencios incómodos nunca hubiéramos sido nosotros, podría, podría culpar más a la hermosa y trágica compañía de ese corazón rojo que a otra cosa, pero no prefiero no hacerlo y que tal vez esa película caiga del pedestal en el que la dejé la ultima ocasión.
Por que al final todo pasara, aunque en los últimos instantes tus planes hayan salido a la perfección, te das cuenta que has caído en tu propia trampa y has dejado que caperucita rescate a su abuelita. Y para terminar quiero decir: Yes, it happened.
lo único que dejé fue: sicteen saltines - jack white
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