14.5.12

El café de medianoche


Hoy como siempre, después de una velada magníficamente interesante y hermosa, pasó; sin embargo los dos dormimos abrazados y pusimos nuestras alarmas a muy temprana hora de día siguiente, haciendo cálculos sabíamos que solo íbamos a dormir tres horas, pero vamos, con tres horas tenemos; despertamos tarde y como cada sábado lo dejé en su camión. Regresé a mi habitación, regresé a mi habitación, regrese a mi sueño.

Desperté tarde después de todo eso, toda mi familia sabía que lo haría por eso nunca me hablaron para desayunar o incluso para comer; entonces salí de mi sueño y comencé a hacerlo.

Mi cama, el wallpaper de mi celular, una galleta con chispas de chocolate, la ruta de camión que pasa frente a mi casa, las papas fritas de mi hermano y su novio, James de Camera Obscura, el libro El Coronel no tiene quien le escriba. Escuchar Estás que te pelas de Carla Morrisón con mi madre, la vista pensativa de mi madre en mí, la cortina antes de la puerta de mi cuarto, un cerillo y el prender la estufa, mi perfil de twitter, su perfil de twitter, la idea de hacer frappe, comprar chamoy para mis mangonadas, las flores del mercado, los carteles de los viajes religiosos, escuchar Love Dust de Big Bang con Cesarín y Fernanda. Hacer frappe fallido con Fernanda, cuatro estampas en mi habitación, tres mascaras en la pared, mi polaroid. La piel de gallina al escuchar Camila, las lagrimas que logró a ver mi madre. Tocar la perilla de una puerta, el sonido del retrete al jalar la manija, mi tira de prueba que a la vez es mi separador de libros y por ultimo el café de medianoche.

y también con: sweetheart - m. ward

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