7.2.12

Él mundo


Un mundo en el que fácilmente podrían acostarse con mi hermano, un mundo en el que no se puede confiar en nadie, un mundo en el que solo alzar la voz o decir lo que se piensa es callado con un gancho al hígado, literal. Un mundo irreal que yo mismo trace.

Ese mundo que ahora, ajeno, se va a la nada, se va sin despedirse, explota en su pequeño big bang, dejando, a su único habitante desnudo. En este mundo se toan decisiones sin pensar, decisiones sobre-pensadas, pero sobre todo decisiones patéticas.

Esos ángeles de espaldas perfectas tendrán que esperar, este mundo aun no ha visto todo de mí, y sin duda es como la luna, a la cual nunca le he visto su otra cara; este mundo, mi mundo, tan silencioso y tan pacifico; tan feliz, o al menos, eso creí yo.

Una vez más, me toca ir en su búsqueda. Me pregunto: ¿Hasta cuándo?

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