1.6.12

Huesos

...
- Algún día me golpearas por hacerte enfadar, creo que te llego a caer más mal cuando más quiero caerte bien.
- Sí... Claro que no - Se recuesta
«Aunque lo quiera arreglar, sé bien que es la primera» - Supongo que te estreso más cuando tienes hambre - Lo acaricio
- Ya ni tengo hambre
- Pues cuando llegues a casa ya no comas, a ver - Su mirada casi traspasa el vidrio junto a mí.
- Cuando estás de mal humor me haces sentir como en una de las primeras citas, nuestras primeras citas; siento que cada cosa que digo puede ser un detonante para algo muy bueno o algo muy malo, lo odio, pero a la vez me encanta - él sonríe - Sabes que no lo hago a propósito, sabes que te quiero mucho.  

No lo sé, tal vez no fueron exactamente las palabras usadas, pero la idea es la misma; y aunque yo allá dicho que me siento de esa forma sólo cuando está de mal humor, últimamente es en cualquier ocasión, me siento como un niño sin experiencia en cuanto el amor, porqué, cuando el me ve de esa forma, automáticamente me desarma, todo lo que creo correcto lo destruye, y no siento que sea temor, o al menos no temor a él, sino a nosotros. 

Hace tantas noches que no me pasa ese pensamiento por la cabeza, ahora por el contrario me aferro a la situación y al momento, ya no me da igual como hace algunas semanas atrás, ahora me importa, pero no de sobremanera como para no poner atención a mis acciones; ahora me veo tan frágil, me siento como en una cuerda floja, y últimamente la psicología personal no se me está dando como para yo responderme, tal vez por eso lo escribo, que es lo que traemos entre manos, que significan todas esas palabras, esas sensaciones, sentimientos y demás tonteras.

Nada había sido tan confuso, y no es que diga «nunca», pero, es tan frustante esta confusión; a lo largo de esos pocos meses no me había sentido de esta manera, no me había sentido débil, no había tentido nervios; siendo metáfora, me veo como en ese constante sueño mio en el que de la nada mis poderes desaparecen, ya no puedo despegar y volar por más que salte, ya no puedo disparar rayos lasser por más que mis ojos abra, no puedo duplicar las cosas por más berrinche que haga; hoy como no había sucedido antes no sé si es algo bueno, o es algo malo. Sin embargo disfruto como no lo había hecho, el tan sólo sentir sus labios en mi mejilla, ver su sonrisa al levantarse, verlo bajar del autobús, sonreírle, escuchar bones de the killers y llorar, no sé de que, y como antes no se si es bueno o malo, o sólo es.

Y bueno, aun sigue sin querer enseñarme a escribir.

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