25.6.12

Dedos que corren

Tan siquiera dime algo, mándame a la chingada de una buena vez, dime que ya estás harto como yo lo estoy de ti, dime que nunca más me quieres ver y que al igual que yo sólo estás buscando el momento indicado, de una buena vez deja de la do tu pinche ego superficial, el miedo a ser rechazado, el miedo a estar sólo, el miedo que los dos tenemos a nunca más volver estar juntos pero por favor di algo, ese silencio absurdo que a diario hay entre nosotros que antes era perfecto y hermoso ahora se ha vuelto filoso e hiriente, las muecas de amor se han convertido en muecas de rechazo y odio, mis chistes absurdos se convierten en chistes mamones y sin sentido, dime que sólo me quieres para tener sexo, para dormir junto a mí, dime que te quieres ir muy lejos y no verme, dime que al igual que yo no ya no disfrutas del sexo, y que de hacer el amor sólo quedan las palabras, que los besos y caricias saben a sal, que las palabras hermosas se murieron hace meses y sólo las decimos para no sentirnos mal para con nosotros mismos, que buscamos cualquier excusa para no vernos a los ojos, que mientras yo te quiero abrazar tu me alejas y cuando tu me abrazas yo te alejo, dime que no soy la gran maravilla como lo habías pensado que soy una mierda de persona y que no sabes por que te enamoraste de mí, que sólo querías sentir algo por alguien y ese alguien resulto ser un un pinche morboso e infantil sujeto, inseguro egolatra, mamon y asqueroso, dime que nunca te guste en verdad y que ya no quieres regresar, dime que es mejor estar separados y nunca más vernos, que los te quiero y te amos sólo son han sido palabras que se las lleva el viento, que ya nunca las sentimos, que sólo me las dices para abrirme y metermela y que yo te las digo para sentirme menos miserable, y también para coger, que todo se volvió tan absurdo que me odias y que nunca fue verdad. Que todo fue una hermosa y pinche mentira, que el desagrado comenzó desde el primer día cuando no te la quise chupar bajo aquel puente peatonal, y que le siguió con mi rechazo al sexo y mis bromas y burlas acerca de tu forma tan estúpida de hablar, que odias mi nombre así como yo odio pronunciar el tuyo, que cogemos con extraños y mentimos al amarnos, que nos abrazamos ante la sociedad por que eso es lo único que nos importa al final de día, ser algo más que el otro, tener más, ser más amado, que la sociedad vea que nos besamos en alguna plaza publica o en el transporte, que te ríes por dentro cada que callas que somos estúpidos por habernos creado y creído todo este teatro. Que nos hacemos tanto daño que se ha convertido en nuestra droga que el daño lo pintamos de color marrón y le dibujamos  corazones, que ya te quieres ir, que no sabes como irte, que no te quieres ir, pero tienes que hacerlo, que ya no podemos más con esta farsa. Que tenemos que hablar.

Ya son 8 meses juntos.

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