10.4.12

Día 7027


Es cualquier otro día, un día más; como días anteriores cuando amanezco completamente solo y sin alguna luz que me diga la hora exacta, miro mi celular y veo que es muy tarde para seguir dormido, pero aun muy temprano como para decir que este día no lo viviré. Salí de la cama, fui al baño, me recoste, me dije a mí mismo «me quedare encerrado en mi cuarto por el resto del día, solo necesito una comida, agua suficiente y mi computadora», y entonces salí de mi cuarto encontré algo que comer, agua de melón «¡wow! mi casi favorita» comenté, tomé la laptop y entre con todo a mi recamara. Dos o tres horas pasaron hasta que mi estomago de tanto estar acostado hizo estragos y me obligo a levantarme. «¡Ya sé! al fin, haré mi tarea».

Salí de mi cuarto vencido por saber que no podría quedarme todo el día como lo había planeado, había almendras enchocolatadas en la alacena «¡creo que se están convirtiendo en mis favoritas! las maldigo por estar tan deliciosas» acto seguido tome tres de ellas y las puse sobre la mesa del comedor donde había dejado la lap-top encendida en alguna pagina que mostraba los pasos a seguir para redactar un proyecto artístico.

Pasaron tres horas más hasta que mi madre se dispuso a levantarse de su larga siesta, bajó y cenamos de lo que mi padre había cocinado para la comida «tu padre te estuvo hablando, no puedo creer que no hayas escuchado, si cuando yo entre ya estabas despierto» sería estúpido si comenzara con una discusión, solo alcé los brazos, a los minutos de comenzar a cenar, mi hermano interrumpe en la casa anunciando su llegada y su estomago hambriento. Comemos los tres juntos, aunque, como siempre mi hermano es interrumpido cada cinco minutos, literal, por su novio quien parece nunca hacer nada y piensa que mi hermano no comparte gran parte de su tiempo con nuestra familia, la verdad a este punto ya nadie lo hace, ya nada es como antes aunque tratemos de ver las cosas por el lado amable.

Después de cenar mi madre comienza a preparar la cena para mi hermano mayor quien dos horas después irrumpe en la casa, con grandes silbidos que hace que los gatos bajen a recibirlo, sube las escaleras para dar de comer a éstos y después las baja para descubrir que mi madre no lo acompañara en su cena «Mi mamí dejo comida para ti, dijo que calentaras el café y que ya se iba a dormir», mi padre al escuchar nuestra nada de conversación hace su aparición después de haber dormido una gran siesta, mucho más grande que la de mi madre, aunque claro, la de él siempre es justificada por su horario de trabajo «Ese pan de caja no se echo a perder, sólo olía mal, pero ya lo arregle» Sólo asiento con la cabeza viendo a través del espejo que se sirve un poco de café y toma un pan dulce, después de éstas pequeñas acciones decide volver a su habitación, escucho una pequeña discusión con mi madre; la verdad es que nunca me agradaron pero ahora es tan común que ahora ese es su toque personal de decir que aun se necesitan, más por no saber estar solos que por otra cosa.

Mi hermano mayor después de no encontrar nada escasamente bueno en la televisión se decide a comer, lo miro en el espejo y se nota como es que ha cambiado desde que ella llegó a su vida (le digo ella por que la verdad sólo se que es una ella), luce mas tranquilo, extraño que me compre camisetas pero esto es mucho mejor. Nunca le había visto así.

Después de comer un pequeño plato, tomar café y tomar algún pan dulce se retira a dormir; mi hermano (Daniel), entra y sale de nuestra habitación celular en mano, se nota feliz, más feliz por la rutina de lo que nunca lo había visto; la base de la relación con su novio es el estar, odio leer su cara y no las palabras que salen de su boca; una llamada más y se nota que esta es la ultima por el suspiro que le procede, «pensé que ya estabas dormido», «pues no, pero ahora ya me voy a dormir»

12:00 día numero siete mil veintiocho.

todo terminó con: goldfish - juan son

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