No puedo, no dejo de pensar en sus palabras, ahora muy difusas con todas las horas encima, sin embargo aun duelen y calan; calan al saberlas de espaldas, calan por lo que fue y por la incapacidad del ser humando ante los cobardes, ante la hipocresía y ante la altanería. Ahora todo apunta a que soy un débil, por tomar en cuenta sus palabras hirientes y hacerlas mías, mías y de nadie más. Cala en los huesos y en los ojos, esos que dicen que son las puertas del alma, calan por las mentiras y las necedades de mi persona. Calan por saberme culpable, calan por saberle frió y con sobras de instinto, ese instinto animal que se confunde con sentimientos. Calan por que aunque cuando quiera mentirme no puedo hacerlo, borrar las palabras de mi mente y razón ya no es posible están y se anidaran con las tantas otras que nos dijimos, con las tantas otras palabras hirientes de las que soy yo el culpable, calan por lo bajo que llego a caer por lo infame de mis acciones. Olvidar, olvidar.
... como mueren los que mueren muertos de miedo...
Odio la impotencia de mi ser, odio la cobardía de mi instinto y mis necesidades. Odio tener sobras de todo. Culpable soy y lo acepto, más no soy culpable del todo, soy una reacción de mi acción la basura tirada a la mar, las sobras de la persona que creo ser, soy sólo un idiota pasional dejado llevar por un órgano de no más de cuatro kilogramos. Odio que me duela y que me importe.
The heart is a lonely hunter.
1 comentario:
Like.
Publicar un comentario